CERVEZAS EN ISLANDIA

Hace un par de semanas estuve unos días en Islandia con un buen amigo, y, aunque el motivo del viaje fuera más visitar sus maravillas naturales, también hubo tiempo para una toma de contacto con su escena cervecera nacional.

El centro neurálgico es Reikjavik, lugar donde se concentran los bares con esta oferta.

Un lugar recomendable es el SAETA SVÍNID (Sæta svínið), o (Cerdo dulce), un gastropub con año y medio de vida que ofrece comidas, cenas y bebidas variadas, entre las que destacan sus 9 grifos de distintas variedades de cerveza islandesa, toda local.

Tienen testers para probar cuatro referencias diferentes, clasificados en tres categorías de menor a mayor calidad y precio, el primero predominando las lagers y trigo, el segundo de un nivel intermedio, cervezas más elaboradas, y el tercero el más caro y con varias referencias stout y otros estilos más cargados de alcohol.

Pedimos consejo a una de las camareras y nos comentó que también tenían dos cervezas navideñas de barril y eso fue lo que elegimos ya que siempre que tienen estas cervezas de invierno las pido.

Una fue la navideña BRUGGSMIDJAN JOLA KALDI, de 5,4% que encontré regular, más cercana a una Viena Lager, con matices acaramelados pero con un amargor en el que el lúpulo no estaba en su mejor momento además de que se salía de lo que yo entiendo como una cerveza navideña, con cuerpo, especias, algo más dulce que lo que ofrecía esta. Aunque ya sabemos que es un estilo muy amplio y en el que cabe casi todo (hasta IPAs).
Como contrapunto estuvo la otra, llamada ARSTIDARBUNDINN BJOR que estuvo deliciosa, dulzona sin empalagar, con fruta madura y dulzor final. Poco he podido encontrar sobre esta cervecera, algo que suele pasar, una cervecera que debe ser muy pequeña resultando mucho más buena que otra más grande, como en este caso BRUGGSMIDJAN KALDI.

Me llamó mucho la atención que un tercio de otras cervezas de fuera como la Corona, Peroni y similares valieran incluso más que el vaso de medio litro de barril de las artesanas locales, con lo que se facilita el consumo local y da un empujón a estas pequeñas cerveceras para que sigan subiendo. Veo esto muy significativo. Puede verse en su carta aquí.

Otro sitio de referencia es el MICRO BAR, en Vesturegata, 2. Es un bar cervecero como tal, con 14 barriles predominando lo local y algo de importación. Posibilidad de tasters de 5 o de 10 referencias diferentes.

Llegar es un poco lioso ya que hay dos carteles grandes de MICROBAR y bajo de uno de ellos es la entrada buena, aunque comparten espacio con otro restaurante y al MICROBAR se llega bajando unas escaleras y llegando al sótano. Bajamos a verlo y pensamos en volver con tranquilidad otro día pero ya no pudo ser. De todas maneras, parece ser el sitio de referencia junto con el MIKKELLER BAR.

También en Reikjavik dimos con un sitio al que entramos de casualidad pero que resultó una muy buena elección, el CHUCK NORRIS BAR en Laugavegur, 30. Estaba decorado con chistes de Chuck Norris, en las paredes, algunos de ellos muy graciosos.

Tiene tres barriles entre las que destacaba la SESSION IPA ULF RUN NR.34 de BORG. Ofrece hamburguesas gourmet y una selección de botes de salsas como nunca he visto, aparte de un par de cervezas más generalistas y la artesana antes mencionada.

Como consejo para comprar cerveza recomiendo los VINBUDINN, (recuerdo que en este país no se vende cerveza en los supermercados). Los VINBUDINN ofrecen algunas marcas entre las que destaca la BORG, de la que pudimos probar la SESSION IPA antes mencionada, esta vez de lata, su IPA y una SAISON, siendo su IPA ÜL FUR NR.3 la que más gustó. También tienen de VIKING, entre ellas alguna de sus EINSTÖK, una de las marcas más populares aunque de calidad un poco inferior.

Y en Islandia sobretodo, aparte de estas pinceladas gastronómico cerveciles, recomiendo disfrutar de sus paisajes, cascadas, glaciares, geysers, y naturaleza en general.

Y ya si se tiene mucha suerte, ver las auroras boreales. Ahora en invierno se dieron las condiciones ideales en dos noches durante nuestra estancia pero ni el estar horas esperando lo hicieron posible. Quizá la próxima vez.