sábado, 8 de abril de 2017

BARCELONA BEER FESTIVAL 2017

El Barcelona Beer Festival de este año 2017 ha tenido como gran novedad el cambio de ubicación, del Museu Marítim a la Farga de l'Hospitalet, algo en mi opinión satisfactorio por la mayor amplitud del nuevo emplazamiento. 32.000 asistentes entre los tres días llenaron el nuevo pabellón, eligiendo entre los 100 grifos y las casi 500 referencias diferentes.



Del nivel de cervezas me parece inabarcable hacer una valoración, pero para mí excelente. Es sin duda una gran oportunidad para probar referencias difíciles de encontrar, marcas nuevas, todo tipo de estilos, procedencias... 100 grifos de cerveceras sobresalientes rotando durante tres días, nada más que añadir.


Pude estar en diferentes ocasiones a lo largo de los tres días: viernes tarde, sabado mañana y por la tarde y un poco el domingo por la mañana. El peor momento fue el sábado por la tarde ya que la sensación era de agobio por la cantidad de gente que lo abarrotaba y hacía muy difícil andar en algunas zonas. Los mejores momentos si se quiere disfrutar con tranquilidad del festival son la mañana y hasta media tarde. No pediré otro emplazamiento para que no se acumule tanta gente el sábado por la tarde porque me parece inncecesario, pero sí que es interesante saber cuándo va a haber la mayor acumulación de gente para, si se puede, ir antes e irse a tiempo. O que cada cual decida cuándo quiere estar.


Había dos tipos de vaso. Uno, digamos el "normal", el cual se llena entero y se paga lo que cuesta cada cerveza, y otra copa que sólo se llenaba hasta una línea marcada, hasta una cantidad de cerveza inferior al otro vaso pero que sólo costaba una ficha en las de dos y tres y dos fichas en las que costaban cuatro, así se podían ir probando más referencias ya que no se bebía tanto de cada una.



La pizarra era de 100 grifos, solo decir que al entrar tardé como un cuarto de hora en elegir la primera ya que la oferta era apabullante. Sí que es cierto que había alguna linea que no podía leerse porque las barandillas de la plataforma que sostenía a los azafatos tapaba, pero supongo que es algo que no se puede evitar.
Aparecía a un lado el número de barril, el nombre de la cerveza y después el número de referencia en la guía que daban a la entrada. Esto llevó a veces a confusión ya que con tantos datos en la pizarra no sabías si el número era del barril o de la guía. A veces lo mejor era pasearse por los barriles directamente y ver si había algo interesante.

                                          

Un punto que ví positivo es el de los Beer informers, que como cada año cumplieron su función muy bien, con conocimiento cervecero, según pude escuchar en algunas consultas a algunos de ellos.
Otro acierto fue la aplicación del móvil, que informaba a tiempo real de las cervezas pinchadas y permitía hacer anotaciones.




Los baños y enjuagadores de vasos los vi de sobra, otro punto positivo. También había bastante sitio para sentarse, menos lo comentado del sábado por la tarde que era difícil encontrar mesa. Algunas más habrían estado bien pero por sentarse en el suelo alguna vez no se me caen los anillos tampoco.



De la comida sólo probé un surtido de quesos que estaba delicioso y nada más así que no puedo opinar del resto.



En cuanto a las actividades, había algunas catas interesantes pero sólo pude acudir a una, la que trataba sobre las cuatro cervezas del festival: Agua, malta, levadura y lúpulo, impartidas por las cuatro marcas participantes: LA CALAVERA, EDGE BREWING, ESPIGA y MASMALTA.




Me gustó mucho el formato: cuatro grupos de ocho personas en círculo y los cuatro elaboradores rotando a cada grupo durante 15 minutos (que siempre son más) para explicar sus propuestas. Para siguientes ediciones se debería potenciar este formato porque es interesantísimo hacer catas así.


 Además, cada una de ellas nos presentó una cerveza de su repertorio. LA CALAVERA trajo su ROSSA, una cerveza de trigo con dry hopping de Centennial muy fresca, ligera y bebible, de las de sol y terraza.



EDGE BREWING  trajo una Black IPA de 6,5% que pronto saldrá al mercado así que fue una primicia poder probarla en el BBF en exclusiva. Con un carácter más maltoso que lupulado, parece más una Porter pero lo cierto es que estaba muy rica.


ESPIGA trajo su GARAGE IPA, su IPA reivindicativa del espíritu casero y artesanal, en respuesta a los desafortunados comentarios de algún jefazo cervecero sobre la gente que elabora en sus garajes.



MASMALTA trajo su GINGERMILK, una Stout con jengibre en dry hopping, dándole un toque especiado en olfato.


Había actividades paralelas que enriquecieron la oferta como show cookings, animación musical, el graffitti de las latas, el sorteo del viaje a Bruselas, que por cierto ¿cómo nos enteraremos del ganador?



En definitiva una organización de nivel sobresaliente y todo un gusto asistir a esta gran cita cervecera.